* "Eres una infiel, acéptalo."
R: "No te hagas ilusiones."
* "Te crees muy valiente... A ver cuánto te duran esos cojones de acero si te sostengo la mirada. Apuesto a que puedo hacer que te tiemblen las piernas, después de tantos años..."
R: "Te lo voy a poner más fácil: Lo más seguro es que lo logres. ¿Qué quieres que te diga? ¿Estás contento?"
* "Deja de rezongar y mejor dame un beso."
R: "Ni hablar."
* "No te lo preguntaría si no supiera que realmente lo quieres."
R: "Sos un peazu’ cínico. Soy una mujer comprometida ahora... ¿Ok? Supongo que sabrás el significado de la palabra, si no, te la traduzco con mucho gusto."
* "El estar 'comprometida' no te ha impedido fantasear conmigo de vez en cuando."
R: "No, es cierto. Pero solo cuando no tengo nada mejor qué hacer y no hay nadie en el depa, suena algún CD de Diana Krall o Ray Charles y ahí está el ordenador, tan frío, tan dejado..."
* "Claro, todo en el ambiente se confabula en tu contra para obligarte. Y tú tan sola..."
R: "En eso te equivocas, ya nunca volví a sentirme sola. Es cierto que llegué a estar así en una época, pese a que estaba rodeada de gente, pero ya no más. Ahora a donde esté me siento siempre acompañada, aunque no haya nadie aparte de mí haciéndome compañía. Eso es una cosa que se llama amor de verdad, y sale combinando lealtad con otra llamada compromiso."
* "¿Hace tanto que no te veía? Has envejecido demasiado en mi ausencia, ya hasta te has puesto cursi. Pero bueno, niña, no es de extrañar que te pongas tonta con toda esa música alucinógena que te metes entre seso y seso... No te enseñé yo a ser selectiva y a escuchar buena trova?"
R: "No me insultes. Detesto la música trova... Te lo digo de una vez: Vomito a Juan Manuel Serrat y sus secuaces, y a esas disque bandas de mala calaña que son Sui Generis."
* "Pensé que te gustaban."
R: "Eso te hice creer, cuando me interesaba mostrarte que realmente teníamos algo en común aparte de lo sociópatas y amargados. Entonces no me importaba hacer ridículos por seguirte la corriente... Pero no me culpes, ¿quién no ha cometido estupideces por una ilusión?"
* "Así que solo me seguías la corriente... Horrible desencanto. Se me rompe el corazón... Oh, cómo sufro."
R: "Adelante. Búrlate. Realmente ya no me importa que sepas que me hubiera convertido en una ermitaña psicópata igual que tú con tal de quedarte bien... Es hora de que te enteres que tuve el gusto de presentarte a una persona de humo, que ni siquiera se parecía a mí. Y para ser justos, me pareció una perfecta creación de tu servidora, excluyendo talvez la parte en que se me caía al suelo lo que llevara en las manos cuando me salías de repente en alguna esquina de la universidad. O jalá te haya dado gusto conocerla. Pero ya sabes, se echa mano a cualquier cosa cuando se está tan tarada como lo estuve yo."
* "Lo que haces se llama negarte a ti misma... Todavía piensas en mí."
R: "No pienso, fantaseo. Ya lo has dicho tú."
* "Qué no es lo mismo?"
R: "No. Lo que yo hago contigo es tomar ese cascarón tan irresistible que te cargas y ponerle otro relleno... Uno que me guste más. El que en un momento de mi vida hubiera deseado encontrar al abrir el paquete."
* "Qué pena que su alteza no haya encontrado satisfactorio el contenido del paquete..."
R: "No te hagas el ofendido, que no me engañas. Ahora que el tiempo me ha dado la oportunidad de ver todo como una big picture, es más patente el hecho de que solo fuiste una fantasía idealizada y fabricada por la voluble imaginación de una niña de 14 años, y nada más... Todo se lo debo a esa adolescente con las hormonas en ebullición, así como el haberte subido en un pedestal que no te correspondía. Y perdona que sea tan franca, pero el tú de carne y hueso realmente no era mejor, como lo pintaba la imaginación y los correos, que algo tenían de encantadores. Aún después de tocar, estrechar y constatar que habían cosas muy reales, que eran ni más ni menos justo como me las había imaginado a los 14 años."
* "Quieres dejar de darle ‘reprise’ a ‘Fly me to the moon’? Vas a hacer llorar al reproductor. Dejémonos de cuestiones... Y dime, como cuáles cosas hay rescatables en mí, según tú?"
R: "Cosas superfluas como ese cabello castaño claro que tienes. Descubrí casi dolorosamente que es tan suave y lacio como me lo temía. Recuerdo que lo toqué una vez y casi muero de la emoción. Sí, vamos... Reíte. Pero cuando tenía 14 años no había cosa en el mundo que deseara más. Si hubiera sabido que solo había de esperar siete años más para tener la oportunidad de hundir los dedos en esa cabeza dorada seguro que habría muerto de conmoción cerebral."
* "Apuesto a que ese pensamiento te proporcionó unas excelentes pajas..."
R: "¡Cállate!... Er, bueno, supongo que... uhm... sí. -_-¡"
* "Tranquilidad, créeme que aprecio la confianza. Pero ¿tocarme el cabello? Sos una freak! Y seguro que mi subconsciente enterró bien ese suceso porque no lo recuerdo... Cuándo dices que me tocaste el pelo?"
R: "Fue... Uy... Ya no me acuerdo."
* "¿Y qué más? ¿Nada más eso?"
R: "Yep."
* "Y te acuerdas del beso?"
R: "Er.... Sí... No. La verdad ya no me acuerdo cómo fue."
* "No ha pasado tanto tiempo. Harán 4...? ¿5 años? ¡Ah! Ahora me vas a salir con que otros labios lo han borrado y blebleble..."
R: "No. He de decir que todos los primeros besos que he recibido en mi vida han sido verdaderamente especiales... Pero de ese en particular, casi no retengo detalles. Es raro. No me acuerdo si fue suave, o apasionado. Ni si fue torpe, si duró poco o mucho... Apenas si soy conciente de que ocurrió, pero no recuerdo cómo. Es una lástima."
* "Recuerdas todos los besos que te han dado en tu vida menos el del amor platónico de toda tu maldita adolescencia y parte de la universidad? Eso es difícil de creer..."
R: "A mí misma me cuesta creerlo, pero así es. Y si alguna vez, rebuscando entre lo viejo y enterrado lo llego a encontrar, seguro que estará tan empañado por las fantasías rosadas y cursis de una adolescente psicópata y huraña, que pensaré que efectivamente no pudo haber sido tan bueno."
* "Recuerdas cuando te di la mano? En aquel bar?"
R: "Nonono. Corrección: Tú nunca me has dado la mano, yo te la tomé a ti."
* "Pero tampoco la retiré."
R: "¡Pero no, todo lo contrario! Me la estrechaste tan fuerte que casi me la trituras a la luz de aquella vela y de las cachondeces que escupía la libertina que estaba leyendo poesía erótica en el escenario con tanta parsimonia y énfasis como si resitara el santo viacrusis..."
* "Insinúas que lo hice solo por la excitación del momento? Que me aproveché de ti?"
R: "No lo insinúo. Lo estoy diciendo. Pudiste haber sido un objeto sagrado para mí, pero también eres un hombre con sus momentos de debilidad. Eso lo entendí muy pronto. Y considerando que era la única mujer cerca..."
* "Y en el cine? Crees que también fue un momento de debilidad?"
R: "Nada. Esa tampoco cuenta. Una vez más fui yo quien tomó la iniciativa..."
* "Vamos, concédeme algún crédito... Al menos te invité a salir."
R: "Sí, lo hiciste... ¿Pero es raro que un amigo invite a salir a una amiga?"
* "Eso ya te lo has contestado a ti misma. Qué hombre que no esté interesado estaría dispuesto a pagar la cuenta?"
R: "Dímelo tú... ¿Qué hombre no pagaría la cuenta alegremente si sabe que va a recibir algo a cambio? Además, nunca permití que pagaras por lo que me comí."
* "Ves? Ni siquiera permitiste un poco de caballerosidad. Qué poca fe me tienes. Pero cada vez entiendo menos... Si nunca te gusté ni como amigo ni como hombre, ¿qué fue lo que te atrajo?"
R: "Ahora que lo pienso, no lo sé exactamente. El poder de la imaginación a veces puede adquirir dimensiones insospechadas..."
* "Lo dudo. Debe haber algo que no me dices... Por orgullo."
R: "Para empezar, si tuviera una onza de vergüenza no estaría escribiendo esto. Pero tienes razón, debe haber algo. Veamos... Realmente disfrutaba tus correos electrónicos y tus trivias raras sobre películas independientes. El que te permitieras dejar entrever el snob empedernido y sociópata resentido que hay en ti me hacía sentir privilegiada, porque sé que no muchos saben eso. El que no consigas plantarte en frente de mí sin inducirme espasmos en las rodillas y estómago a punta de pura sugestión. El que fueras algo inaccesible, lejano, misterioso y también, sí, entretenido; el que ambos estuviésemos en un colegio de monjas pudo haber influido poderosamente. Considerando que allí estábamos rodeados de idiotas pretenciosos y gamberros ilusos, era difícil no fijarse en quien se salía del montón. Se me figuró mágico el que pese a lo lejano que eras para mí, aún así el destino quiso –porque no hay otra explicación- ponerte en mi camino sin mover yo un dedo... Sin embargo, el que ahora me seas casi casi indiferente, no impidió que me haya preguntado, ¿qué recuerdos tendrás tú de mí? ¿Si yo no te hubiera besado, cuánto habrías tardado en besarme tú a mí? ¿Qué habré sido yo para ti? ¿Una amiga interesante? ¿Una distracción? ¿Una posible eterna candidata para el sexo? ¿Una amistad intermitente que aparecía de vez en cuando? ¿Alguna vez estuve en tus planes más allá de la cosa desmerecida que desechaste con dos palabras en un sencillo y frío correo electrónico? ¿Pensaste que talvez estaba dispuesta a convertirme en tu maestra, aún y cuando únicamente supiera solo la teoría?"
* << Silencio >>
R: "Sí, supongo que merezco quedarme con la duda después de todo lo que he confesado aquí. Han sido cosas muy duras. Y está bien, ahora lo acepto. Ya no me hace falta llenar mi soledad con una distracción tan peligrosa para el ego y tan destructiva para el corazón. Me siento bien en la posición que ocupo actualmente: alguien no se conformó sencillamente con esperar un golpe de suerte del destino para plantarme cara y decirme que no podía esperar a tomarme a mí la mano y subirme a su pedestal, pero no por lo que pude haber sido, sino por lo que soy... Eso junto con muchas otras cosas colman mi vida ahora y me hace feliz, y espero sinceramente que tú, donde quiera que estés, con quien quiera que estés y lo que estés haciendo, también lo seas."