martes, diciembre 19, 2006
Nunca pensé que alguna vez iba a llegar a decir esto, pero:

¡¡¡Soy madre!!!


...De un precioso persita redpoint himalayo, macho, de tres meses de edad. Esta raza se obtuvo de la cruza entre un persa negro y un siamés, por lo que se considera una subraza Persa.


Hola. Mi nombre es Copito... Aunque no me parece el nombre más nice, mi dueña insistió en encaramármelo en honor disque a otro gato que su difunta abuelita quería mucho. Aquí entre nos, pienso que mi dueña está chalada del tule... Mira que ponerme un nombre de un colega que ni siquiera conocí...

Mis hobbies favoritos son:


Comer,


Jugar,


Dormir,


Cagar, (al menos lo hago en su sitio).


A que soy guapo?
Escupido por Dryadeh a las 10:27 p.m. | 8 comments
La razón de ser de las leyes, aparte de motivos anti-anarquistas, es la de brindar mayor protección al desamparado, al más débil. Pero en este puto país han llevado todo a tal extremo, que existen leyes que verdaderamente han dejado en tal estado de indefensión al "más fuerte", que finalmente lo único que le ha quedado de "fuerte" es el título.

Existen leyes específicas (las que no sirven para beneficiar directamente a los altos funcionarios, claro) en las que el contrapeso que debe existir de manera que el más fuerte y el más débil se nivelen en igualdad de condiciones ante la ley (que era la idea original), sirve más bien de grillete contra el más “fuerte” para terminar de hundirlo en las aguas negras de la injusticia. El típico ejemplo es la ley de Tránsito, en la que la excesiva protección al conductor ofendido o al mismo peatón, han dejado al resto de los conductores viendo pa'l ciprés. E incluso, si no se le logra endosar de plano la culpa, al menos sí se dejan suficientes portillos abiertos para que el pobre conductor lleve siempre las de perder. Así que van unos volaos *gratuitos*:


Primer volao: Si chocó y la culpa la tuvo usted, trate de negociar un arreglo con el otro conductor. Evite a toda costa que se llame al oficial de tránsito, ya que una vez levantada la boleta se instará el proceso en el juzgado de tránsito automáticamente, y ya no habría marcha atrás... A continuación, prepárese para enfrentarse a una molestia insufrible de la que alguna vez todos hemos sido víctimas: la burocracia del sistema (multiplique al cuadrado si hay que acudir al INS).

Segundo volao: Si no consiguió engatusar al conductor afectado para que no llame al tráfico, pero las artimañas le alcanzaron para que al menos hayan acordado que, como ud se va a hacer responsable de todos los daños, ninguno de los dos acuda a declarar al juzgado durante los diez días hábiles siguientes con tal de que no se anote el gravamen de la colisión a las placas... No sea pendejo: ¡Vaya a declarar igual! Estadísticamente en mi experiencia y en la de muchos otros hay 78% de posibilidades de que ud se encuentre con la sorpresita de que el otro amigo ya se le adelantó y además, aparte de haber echado pestes sobre ud a sus anchas (porque quien habla a espaldas de otro lo puede hacer, ¿o no?), poniendo de por sí en tela de duda sus habilidades ‘choferiles’, encima se presente con un cuello ortopédico alegando que el bestia que lo golpeó por detrás le provocó lesiones graves.

NUNCA se fíe de este tipo de acuerdos. Recuerde que está tratando con un perfecto desconocido y ni siquiera sabe si lo que tendrá de chofer lo tiene también de buen actor. No se achante en la galleta, ni crea por un segundo en la buena voluntad de la gente. Si lo hace, quedará como un iluso e inocente granjero pueblerino del que cualquiera se puede aprovechar... Y créanme, serlo suele salir muy costoso. A ver... Repita conmigo:

La buena voluntad no existeeeeeeeemmm...
La buena voluntad no existeeeeeeeemmm....
La buena voluntad no existeeeeeeeemmm...


Y repítalo hasta que le sangre la lengua. Hasta que sea su tantra al levantarse y al acostarse... Que sea su lema, su filosofía de vida.

Confiarse cuando hay dinero o abogados de por medio, sería como dejar una chapa de 500 colones pegado a una acera y creer que nadie va a hacer el intento de, al menos, arrancarla...

¡No sea inocente, por Kami!

Aunque no haya quedado ninguna duda de que ud va a asumir los daños, SIEMPRE... pero lea bien, ¡SIEMPRE!, habrá de pensar lo peor del otro conductor (ya que aunque no parezca muy listo, igual podría asesorarse). Evítele a su presión arterial el sincope del año y antes de que venzan los 10 días hábiles, vaya a consultar el expediente de tránsito por las moscas.


Tercer volao: Siendo que lo honesto sería hacerse responsable de los daños del otro vehículo, tampoco se pase... No caigamos en la ingenuidad. Ofrezca ud llevarlo al taller de su confianza (donde sabe que no se lo entukarán tan feo por un trabajo y repuestos decentes y razonables). De no hacerlo, existen 99% de posibilidades de que le cobren por repuestos originales de marca para un cuchitril modelo '85 que de por sí ya estaba como jarro de loco (arrugado por todo lado). A menos que tenga la loca suerte de que quien lo choque sea mi hermana, será ud parte de ese 99% de personas que han sido feamente entukadas por algún chofer contra el que han chocado y el cual hasta se dio el 'lujo' de enchularle una cola de pato al ride aprovechándose completamente de *SU* buena voluntad (recordemos que también existe una cosa llamada "falsificación de facturas"... Palabra que he visto casos).

Cuarto volao: Si mientras conducía por su carril a una velocidad moderada, acatando a pies juntillas las señales horizontales y verticales de tránsito, en absoluto control de sus facultades connocitivas y volitivas (...O sea, normal, por Dios!), y de improvisto un peatón se atraviesa y ud lo atropella... Aunque ud no haya cometido la imprudencia y sea el conductor del año... Entérese: El criterio utilizado en la ley de tránsito es el siguiente:

“¡Ud SIEMPRE va a ser culpable! ¿Porqué? ¡Pues muy fácil! ¡Use un poquito esa payanita de masa gris que tiene sobre los hombros y piense, pedazo de insensato! Si ud es el conductor del vehículo, y el peatón es el que va caminando, ¿quién atropella a quién? ¡Pues ni modo que el peatón lo atropelle a ud, descerebrado! ¡USTED, el que va al volante del vehículo, es el único que puede realizar la acción de atropellar, así que jamás el peatón podría atropellarlo a ud! ¡Al revés sería físicamente imposible, imbécil! ¡Piense, la puta madre!”

Ni el abogado más gato del gremio puede salvarlo si llega ud a tocar a un peatón tan solo con el pétalo de una rosa. Para que no diga que nunca se lo dijeron, así que aguas.



Continuará...
Escupido por Dryadeh a las 11:39 a.m. | 2 comments