Tengo esta amistad a quien voy a llamar Perico de los Palotes por obvios motivos. A manera de antecedente, tengo que decir que se trata de una amistad bastante antigua de mi esposo, de hecho, de hace más de 20 años. Cuando me lo presentaron me pareció muy simpático, de hecho, me calló bastante bien; encontré que era una persona ingeniosa, y al principio, se me figuró inteligente y ocurrente. Desde que lo conocí hasta que le quité la palabra habrán pasado unos dos años. Durante ese tiempo estuvimos saliendo con él y su esposa a antros, y también hicimos juntos varios viajes a la playa. En todas las ocasiones nos la pasamos bastante bien, así que, como es natural, les fui tomando cariño y confianza.
El otro día, aprovechando que asistiríamos con ellos junto con otras amistades suyas a un concierto en una ciudad fuera de San José, me ofrecí a realizar las gestiones necesarias para conseguir las entradas directamente en el sitio por medio de mis padres, aprovechando que su casa queda muy cerca del lugar del evento; de esta forma nos asegurábamos de tener boletos con suficiente antelación, por lo que le pedí a mi papá que nos hiciera el favor de comprarnos las entradas a todos. El plan era llegar a casa de mis padres antes del concierto y recoger allí los boletos. Sin embargo, preocupada por el hecho de que a mi papá no le iba a salir muy cómodo pagar por las siete entradas, que iban a costar la módica suma de sesenta mil colones, me afané en correr para el banco a depositarle el dinero en su cuenta. Ya luego me las arreglaría con los demás. Encima, también tuve que ver que uno de los amigos de Perico de los Palotes que se unió al grupo a último momento, encontrara hospedaje en un hotel decente en el lugar, pues todos nos íbamos a quedar a dormir en esa ciudad: Yo y mi esposo en casa de mis padres, Perico de los Palotes su esposa y sus amigos en casa de unos conocidos, y el séptimo amigo en el hotel que ayudé a conseguir.
Finalmente, cuando faltaba una semana para el evento mi papá me avisó que todavía no había podido conseguir las entradas, pues el lugar donde iba a llevarse a cabo el concierto siempre se encontraba cerrado en horas diurnas. Entonces sí que tuve que correr. Con el pánico de que se fueran a agotar las dichosas entradas, hice varias llamadas aquí y allá hasta que al fin di con el dato de que no solo quedaban muchos boletos sino que estos se mantenían a la venta por el mismo precio en los Megasúper y Más por Menos, y que aparte, existía un número telefónico disponible donde se vendían por reservación, cosa que me hizo sentir aún más aliviada ya que no habría necesidad de desprenderme de semejante suma (que tampoco es que me iba a quedar sin comer una semana, pero vamos, que no es hablar de mil pesos). Así que procedí a llamar más animada a Perico de los Palotes para ponerle al día con el dato de que, considerando que él y su esposa viven a 200 metros de un Megasúper, finalmente nos iba a quedar más fácil a todos conseguir las entradas, y que además, habiendo llamado con antelación a ese Megasúper en particular, me entero de que tienen aún muchos boletos disponibles en todas las sucursales.
La respuesta de Perico de los Palotes fue silencio absoluto... Lo cual me sacó totalmente de onda.
Perico de los Palotes es de esos que manejan la ira conteniéndola, quedándose callados sin decir media palabra. Y como es –mala o buena- costumbre mía ser demasiado directa, sin rodeos le pregunté si le había molestado algo acerca de la forma en que yo le había buscado solución al asunto. Me respondió con un “no” que tenía toda la pinta de ser cualquier otra cosa menos un ‘no-no’. Creo que entienden a qué me refiero, esas cosas se notan. Debo agregar que por consiguiente me entró mucha furia, porque aún sabiendo Perico de los Palotes las tribulaciones que pasé y la cantidad de llamadas que hice averiguando, y habiendo encontrado la solución más práctica y razonable para todos al problema, viene y se pone como un demonio porque no quise cargar con su culo. O qué, verdaderamente a este ser le valía gorro que mi bolsillo se tuviera que sacrificar temporalmente corriendo con los gastos de él, su esposa y SUS amigos?! Evidentemente las circunstancias del inicio habían cambiado, claramente habían aparecido otras alternativas más convenientes. Es acaso eso TAN malo?? Sencillamente no lo pude entender, y en ese momento no fui capaz de tomarlo de la mejor manera tampoco. De hecho, me emputó mucho ver lo malagradecida de su reacción, así que después de cortar en no muy buenos términos, y de un relativamente largo intercambio de mensajes de texto donde yo exponía y cuestionaba su enojo sin sentido, él mientras tanto se dedicó a negarlo todo y a tratarme de loquita paranoica cuando yo sabía perfectamente que estaba que se lo llevaba la chingada; entonces le lancé que había decidido no asistir al cristiano concierto porque su actitud me había simplemente lavado las ganas. El asunto no paró allí, Perico de los Palotes fue más allá e inmediatamente después de esto llamó a mi esposo para darle las quejas, cual niño llorón va de acusetas con su mamá. Esto me pareció el colmo, a mí en cambio nunca se me ocurrió coger el teléfono para quejarme de él con su mujer. ¡Faltaba más! Y pues, esta actitud simplemente me pareció el colmo de lo infantil considerando que el tipo ya pasa de los 35. Por Dios, qué mal visto a estas alturas.
Ahora, el colmo de los colmos es el siguiente dato extra que voy a comentar a manera de ampliarles el panorama: Perico de los Palotes tiene, por su parte, este tipo a quien llama su best friend de todos los tiempos (y a como se le iluminan los ojos cuando se habla del susodicho sujeto, parece que hasta lo considera su alma gemela versión masculina) y él jura que el sentimiento de amistad prioritaria es totalmente mutuo.
Sí, claaaaro: Un super-diper-mega-amigazo que, por lo demás, tiene su “humilde chocita” en las montañas de Escazú y quien, no se ha inmutado en invitarlo ni una sola vez a su otro “tugurio” en la playa... Un fulano que, en su perra vida se ha tomado la molestia de llegarse a alguna de las fiestas de cumpleaños ofrecida por Perico de los Palotes o su esposa, organizada cada año en un antro diferente. Joer, a eso llamo amistad de la más pura y genuina... ¬_¬'
En una ocasión en la que fuimos con Perico y su esposa a la playa, casualmente coincidió con las vacaciones de este súper amigazo, que se hospedaba por el mismo lugar pero en un hotel diferente; Perico de los Palotes se cansó de llamarlo para verse en algún lugar tal como habían quedado en San José días antes; por supuesto el vivazo este, ni se tomó la molestia de contestar o devolverle llamadas. Ok, y aún así este pelmazo de Perico de los Palotes llama y sigue llamando a este tipazo su mejor amigo?!
O sea, vamos a ver, es que acaso soy yo la subnormal aquí...? O es que VERDADERAMENTE Perico de los Palotes es un interesado del carajo!? A ver a ver, que alguien me explique, porque yo ya siento que en este tema perdí objetividad. Como dije, desde entonces Perico de los Palotes y yo ni tus ni mus, y con todo, aún así ayer en la noche le manda un correo a mi esposo con una invitación a su casa para una reunión de amigos... Naturalmente, no tengo ni pizca de ganas de aparecerme. Aunque por otro lado, no pretendo que mi esposo se enemiste con sus amigos de tantos años por mi causa.
La otra duda que me queda es esta: ¿Hará falta que tratemos a Perico con la misma... digamos... 'condescendencia' con que lo trata su hermanazo del alma para que sepa reconocer cuando se le hace un favor, o es que... la única culpable de esto soy yo y mil veces yo... por ponerme para que me den? Ok, no respondan. Sin embargo, estoy anuente a consejos.
Yo he llegado a aprender algo de el manejo de amigos de novias o novias de amigos. Mantener relaciones momentáneas y superficiales, porque cuando se entran en detalles surgen los problemas.
Así que, hay que dejar ser a la gente, pero que sean de largito.
:P